Peores obstáculos salvó el Sevilla en su camino hacia Europa

Pese a la mala situación que vive actualmente el Sevilla en lo deportivo, puesto que amén de ser apeado prematuramente de la Europa League y, también, de la Copa del Rey se encuentra a tres puntos del descenso en la Liga, lo cierto es que el objetivo, que no es otro que clasificarse para disputar la Champions el próximo curso, sigue estando al alcance.

No es fácil, puesto que la segunda vuelta será dura y al equipo ahora entrenado por Míchel, que tiene muchos competidores, le separan seis puntos del Levante, cuarto. Pero, en el fondo, el sevillista, por la inercia de los últimos años y porque las expectativas para esta temporada eran altas, sigue mirando de reojo hacia arriba. Sin olvidar que el equipo está en peligro y que es importante ganar para escapar de la zona baja, sin obviar que, tal y como andan las cosas, la permanencia es lo primero, el sevillista es consciente de que si el equipo enlaza varios triunfos se colocaría de nuevo en los puestos elevados de la tabla y otra vez se hablaría de aspirar a entrar en Europa (de la que lo separan cinco puntos), e, incluso, en la máxima competición continental. Para eso se confeccionó esta plantilla.
Si echamos la vista atrás, nos encontramos con que en la última década hasta tres veces superó el Sevilla distancias mayores en la clasificación para acabar entrando en Europa. En dos de ellas se quedó a las puertas de la Champions, pero estos datos demuestran que el objetivo sigue siendo factible, y mucho más en un Campeonato en el que la mayoría de equipos está siendo irregular y tropieza inesperadamente, y considerando que el Levante, equipo que ahora mismo delimita la zona Champions, es el equipo revelación de la Liga pero, al tiempo, un grupo que no está acostumbrado a pelear por cotas tan altas y que, poco a poco, va perdiendo gas. Los resultados lo demuestran.
En la temporada 2003-04, el Sevilla era decimoquinto en la jornada 22; nueve puntos lo separaban de Osasuna, que era sexto. Al término del Campeonato, el Sevilla consiguió clasificarse para disputar la Europa League (entonces, Copa de la UEFA), puesto que acabo sexto con 55 puntos. Es decir, en las dieciséis últimas jornadas (a las que llegaba después de una racha de cinco derrotas, una victoria y un empate en sus siete partidos anteriores) consiguió 30 puntos, con un balance de nueve triunfos, tres empates y cuatro derrotas. A Osasuna acabó aventajándolo en siete puntos.
En la temporada 2005-06, el conjunto de Nervión acabó la temporada quinto, igualado a puntos con Osasuna precisamente, que consiguió meterse en la previa de la Liga de Campeones. No obstante, se da la circunstancia de que el equipo entonces entrenado por Juande Ramos (mucho mejor clasificado que ahora, séptimo en la jornada 22, pero aun así fuera de los puestos de privilegio) llegó a superar una desventaja de siete puntos, que es la que le sacaba el conjunto rojillo a estas alturas. En la jornada 22, el Sevilla cayó por la mínima en el Sánchez-Pizjuán ante los de Pamplona; luego, diez victorias (cinco consecutivas en las últimas cinco jornadas, las dos finales ante el Barcelona y el Real Madrid), tres empates y tres derrotas.
Y, finalmente, en la temporada 2007-08 el Sevilla vivió una situación parecida a la de dos campañas atrás, puesto que finalizó quinto y se quedó con la miel de la Champions en los labios. El Atlético de Madrid fue el que, con los mismos puntos que los sevillistas, 64, se clasificó para el gran torneo. Sin embargo, en la jornada 22 era el Villarreal el que, con un punto más que los colchoneros, ocupaba la cuarta plaza, aventajando en siete puntos al Sevilla (que era octavo, por detrás del Almería y el Racing). De los dieciséis encuentros restantes, el Sevilla ganó diez, empató dos y perdió cuatro. Eso le sirvió no ya para igualar con el Atlético sino para concluir con dieciséis puntos más que el Español, que en la jornada 22 era tercero siete puntos por encima de los hispalenses.
Unas estadísticas que indican que el gran objetivo del Sevilla no es, ni mucho menos, inalcanzable. En cualquier caso, debe el conjunto de Míchel dar un giro a esta situación si quiere conservar las opciones que tiene de salvar la temporada alcanzando los puestos europeos. En este sentido, el duelo de este sábado ante Osasuna puede considerarse una final, puesto que si los navarros consiguieran vencer en en el Pizjuán se colocarían con ocho puntos de ventaja sobre los nervionenses.