El Sevilla enfría la opción de Álvaro González
Desde la marcha de Martín Cáceres a la Juventus, el Sevilla anda como loco buscando un central de garantías. Repescó a Juan Cala de Grecia, pero el lebrijano, tras su mal papel en Gijón, no cuenta para Míchel, hasta el punto que es Luna quien juega en la derecha cuando falta Coke.
Entre las opciones que van sonando para la retaguardia de cara a la próxima temporada, hay una que lo hace con fuerza: la de Daniel Carriço, defensa portugués del Sporting de Lisboa. Según publicó Record hace unos días, el Sevilla estaría dispuesto a pagar los 3 millones de euros en los que el Sporting tasa su venta, y el zaguero, por su parte, se estaría planteando si renovar o abandonar el club lisboeta.
Por contra, ha perdido vigor una alternativa que parecía estar hecha: la de Álvaro González, del Racing de Santander. El Sevilla había llegado a un acuerdo por 1,5 millones con Francisco Pernía pero, después de que el club cántabro quedara en manos de unos administradores concursales que, en el mercado invernal, remitieron a la cláusula del futbolista (3,5 millones), Álvaro ya no está entre las prioridades hispalenses. Aun menos con la salida de Marcelino García, que era su gran valedor.
El propio representante de Álvaro, Fermín Gutiérrez, ha admitido a ElDesmarque que "desde febrero no se produce ningún contacto", ni entre clubes ni con el agente. Dice Gutiérrez que la opción del Sevilla es "muy bien vista por Álvaro" pero asegura que su representado tiene "otras propuestas de interés, tanto de clubes españoles como de fuera".
Todo indica que el Racing descenderá a Segunda, y entonces se abrirá un nuevo panorama para el jugador, que "estudiará las posibilidades cuando acabe la temporada". En cualquier caso, admiten el Sevilla y Gutiérrez que la opción de que el de Potes recale en Nervión se ha enfriado muchísimo.
El Sevilla ha puesto su mirada también sobre Alberto Botía, otro central cuyo equipo, el Sporting de Gijón, tiene un pie y medio en la categoría de plata. La competencia, no obstante, será dura, puesto que los nobles de España también intentan hacerse con sus servicios.
