Las maquinaciones de Koné
Cuando, a finales de noviembre, Arouna Koné manifestó que prefería quedarse al límite de los 18 goles con tal de no regresar al Sevilla (una cláusula así lo estipulaba), marcar 17 y quedarse en el Levante, probablemente no imaginaba lo cerca que aquellas palabras llegarían a estar de la realidad futura.
La situación se cumplió. El delantero marfileño encaró la recta final de la Liga habiendo anotado 17 tantos. Entonces comenzaron los enredos y las suspicacias. El Levante pretendió anular la cláusula, dejarla sin efecto, y el Sevilla deseaba que Koné anotase un nuevo tanto que le obligara a regresar a Nervión y le permitiera a la entidad hacer caja con una teórica venta. El futbolista, a todo esto, adujo estar lesionado y se marchó a Francia. No disputó los últimos encuentros con los granotas; de esta forma, su libertad no corría peligro.
Todo se resolvió felizmente para el atacante africano, que dejó de pertenecer y deberse al Sevilla. Koné, con su gran actuación, se ha revalorizado, y por ello había dudas sobre si renovaría con el Levante, permitiendo al club valenciano ingresar una cantidad si se producía una venta, o si elegiría destino sin corresponder al club en el que ha renacido. Koné tomó la primera vía. Este lunes firmó un contrato de un año con el Levante y, a los ojos de todos, quedó su buen gesto para con el club.
No obstante, según publica el diario Las Provincias, ese contrato contiene una cláusula reveladora. Si llega una oferta por Koné y éste elige marcharse, el dinero del traspaso se repartirá entre el club y el jugador. En concreto, de la venta que se efectúe (la cláusula de rescisión parece estar en torno a los 10 millones) la mitad del dinero será para el Levante y la otra mitad para el delantero. De esta forma, Koné pone el broche a una temporada redonda para sus intereses.
