Rugió el Sevilla, rugió Nervión
Lo había pedido Míchel, el entrenador del Sevilla, durante la semana. Pidió que la grada sacara "del cajón" ese ambiente tan especial del Sánchez Pizjuán. Y el Sánchez Pizjuán resurgió, abandonó el ambiente enrarecido de la primera jornada ante el Getafe y se centró en apoyar a los suyos y hacerse uno para derrotar al Real Madrid.
El gol tempranero de Trochowski hizo explotar a los aficionados nervionenses, que a partir de entonces se centraron en el partido y en nada más que en el partido. No faltaron gritos contra Del Nido desde el gol norte, pero fueron más los de ánimo al equipo desde esa zona del campo, cada vez más poblada.
Además, todo el estadio tomó la iniciativa para animar a los suyos y esta vez sus gritos no encontraron respuesta contraria ninguna.
La simbiosis germinada con el gol se completó con los primeros enfrentamientos en el campo entre los futbolistas, entonces acabó por implicarse el aficionado como suele. Y ya Nervión fue Nervión para ayudar a su equipo a derrotar al Real Madrid con sacrificio, pelea y con el aliento de la grada del Sánchez Pizjuán.